4. La ventilación de la vivienda: menos CO2 y solo 10 minutos
Otro punto importante a tener en cuenta para la salubridad, la higiene y el confort en el hogar es la ventilación. Ventilando el aire de la vivienda se reduce la concentración de CO2 y de las sustancias nocivas, también se regula la humedad y se permite que el sol actúe, calentando la estancia. Existen diferentes formas de ventilar que pueden resultar más o menos beneficiosas para el consumo energético de la vivienda. La más tradicional es abrir las ventanas de la vivienda durante diez minutos al día. Esto permite la entrada de un flujo nuevo de aire oxigenado, con el inconveniente deque el aire que entra en invierno es frío, por lo que el edificio después deberá hacer un esfuerzo energético para recuperar la temperatura adecuada. Es recomendable, por lo tanto, no excederse con este tiempo de ventilación para que la pérdida de calor no sea importante.
La ventilación mecánica controlada es otra opción de ventilación mucho más eficiente en cuanto al consumo energético. En caso de contar con uno de estos sistemas controlados que renuevan el aire mediante un dispositivo integrado en el edificio, disfrutaremos de la extracción del aire viciado para renovarlo y garantizando así la calidad del aire interior sin perder demasiado calor.
5. Mantenimiento de los equipos: seguridad y menor gasto
Es necesario las revisiones e inspecciones periódicas de los equipos instalados en el hogar. Los sistemas requieren de unos cuidados específicos que garantizan su correcto rendimiento y vida útil, como el purgado de radiadores o poner a punto la caldera con la revisión obligatoria. Las facturas también pueden reducirse de manera notable mediante el correcto mantenimiento de los equipos.
6. Mejorar el aislamiento térmico de la vivienda: menor demanda y mayor ahorro
El aislamiento exterior o interior de las fachadas permite que el calor de la vivienda se mantenga en el interior de las estancias durante más tiempo, logrando una temperatura constante y un consumo mucho menor.
Pasar las 24 horas del día supone también un consumo de energía eléctrica considerable, por lo que nunca viene mal recordar unos sencillos trucos para evitar el aumento de la factura de la luz durante el confinamiento: Apaga los dispositivos electrónicos que no estés utilizando, desconectar tu móvil o tablet al finalizar la carga ya que sigue consumiendo, en la cocina adapta la temperatura de la nevera, (4 o 5 grados centígrados y para el congelador es de -18 y -15 grados), intenta abrir la puerta de la nevera lo mínimo y durante el menor tiempo posible y utilizar el lavavajillas siempre lleno.
En general para ahorrar se recomiendan programas de baja temperatura en lavavajillas y lavadora, pero ahora con el coronavirus se aconseja utilizarlo con programas más de 40º, ya que puede servir como desinfectante.
Como recordatorio, el elemento que más influye en el aislamiento de una casa es su envolvente: una renovación de la misma, ya sea por el interior o exterior del edificio, logrará un aislamiento perfecto del inmueble. Otro de elemento a tener en cuenta al conseguir un aislamiento adecuado son los acristalamientos, invertir en unas ventanas eficientes evitará las fugas del calor
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